Si este post contiene abundantes vocablos malsonantes débese en primer lugar Antonio Burgos, y en menor medida a Alfonso Ussía, aunque solo sea porque en esta ocasión se le dedican menos renglones.
El primero tiene fijación con ciertos asuntos relacionados con la sexualidad de los individuos, parece como si hubiera heredado esta obsesión de Freud:
“A veces es más cómodo ir con la cara tapada con el antifaz; así no hay riesgo de que el Lobby Gay se la parta a uno”
”Cuando exista un Día del Macho Ibérico o un Día de la Tía Salida me parecerá bien que haya un Día del Orgullo Gay”
“Como si no hubiera maricones suficientes en Sevilla, tú te pones a importar maricones”, refiriéndose a la contratación de la transexual Bibi Andersen como presentadora de un programa nocturno.
O con las mujeres socialistas, o con las hijas de los socialistas al que no frena ni la minoría de edad de estas. Recuerden la cantidad de chanzas que hizo con las hijas de Zapatero:
”Que las niñas de Zetaparo eran dos callos horrorosos lo sabían los más íntimos en La Moncloa, pero ahora se ha enterado España entera. Son de salir corriendo. Yo no sé si es porque iban vestidas de Jalogüín, o porque lucían el uniforme oficial de los góticos, pero tú te encuentras a las 12 de la noche con estas puñeteras niñas en una calle oscura, se te acercan, un poner, a preguntarte dónde para el autobús de Alcosa, y del salto que pegas del susto llegas corriendo a Carmona”.
Definió a Montserrat Nebrera, como “catalana de mierda”, a Carme Chacón, como “animal de compañía”, o Carmen la del Bombo
cuando estuvo embarazada . De Leire Pajín, que tiene “cara de película porno”.
Ahora da un salto cualitativo, y fija su mirada en las mujeres abertzales y las llama “tías de Bildu, pelorratas”:
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