Si ayer Juan José Millás decía del ex ministro popular Montoro: “Este hombre babea con el número de parados como el avaro saliva con el número de monedas”, “la diferencia entre Montoro y el avaro es que éste oculta sus posesiones y disimula su dicha, mientras que aquél las expone públicamente, sin cortarse un pelo”, “Cada parado nuevo le provoca un orgasmo”, “También le excitan la caída del PIB o el aumento del déficit, seamos justos, pero lo que de verdad le pone hasta extremos difíciles de entender es el aumento de la cola frente a las oficinas del Inem.”, “Este Montoro […] se ha revelado en el infortunio colectivo como un humorista de primera”,”La crisis le ha quitado quince años de encima.”
Hoy se suman a la fiesta que ha sido para ellos la caída coyuntural de la Bolsa, provocada por los especuladores, por periódicos extranjeros y por interesados rumores, una serie de periodistas agoreros que cargan contra Zapatero, que alguna culpa seguro que tiene, pero sin ser conscientes de que ellos también, con su alarmismo, están poniendo un grano de arena para que aquí suceda como en Grecia.
Seleccionamos algunos:
Manuel Llamas, en El “Titanic se hunde” , se muestra así de catastrófico: ”El tiempo se acaba, el iceberg asoma ya por el horizonte y el capitán del barco (Zapatero y sus secuaces) siguen en el salón de fiestas brindando con champán al ritmo de los violines mientras el Titanic se dirige de cabeza hacia el hundimiento”
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